18 oct 2013

Toca regresar

Vuelvo a pasear por las calles de esta ciudad. Miro alrededor, y veo leves cambios, pero en esencia sigue siendo la misma. Tenía miedo de no reconocer nada, después de algún tiempo. Perdí la conciencia del mismo muchas veces, y me encontraba en un mundo extraño y hostil para mí.
Ahora que he vuelto, siento algo parecido.

Pero sus habitantes, al menos aquellos que pueden ver tras el Velo, parecen demasiado atareados en su propia destrucción como para percatarse de mi regreso.
La ciudad está temblando, y parece querer arder. Sus fronteras cerradas, y de verdad que lo lamento por aquellos que se pusieron en mi camino. Buscarán culpables entre ellos y solo habrá más caos... A veces resulta tan absurdo todo...

Enfundado en un abrigo, con nuevas cicatrices, nuevas historias que contar. Mis pies se hunden en la fina capa de nieve que cubre las calles.
Y observo a los que caminan, cabizbajos, inmersos en sus pensamientos. Rehuyen de mi mirada cuando se percatan de ella. Tal vez extrañen algo en sus vidas... Un refugio para aquellos que causan terror, para que abandonen las calles y no aterroricen sus existencias...

Creo que es hora de volver a abrir un viejo local, invisible para el mundo mortal...

7 oct 2013

Por fin, te encontré

Se nos acababa el tiempo.
Por última vez. Podíamos sentir como se acercaba nuestra destrucción. Con todas aquellas voces. Alaridos de rabia, de ira, ansiando destruir todo aquello que habíamos creado.

Luchaban por nosotros, y nosotros por ello. Y aunque todo parecía perdido... Una mirada buscaba la mía.
Estabamos alzados sobre una torre, extendiendo nuestras alas con poderío. Parecía que sentían menos miedos sin volvían sus cabezas hacia nosotros.
Podía sentirlo.

Del fuego que consumía y arrasaba todo aquello que tocaba, incluso el cielo nos parecía rojo.
El atardecer más aterrador que había vivido jamás. Pero una mano me sacó de mis terribles pensamientos.
Me sonreía, incluso con todo aquel caos, toda aquella sangre derramada. Ambos sabíamos que no sobreviviríamos. Y por primera vez, ambos sentimos el deseo de, como la muestra de amor que los humanos nos enseñaron, unir nuestros labios en un beso.

Cuando por fin nos separamos, no me importó más la destrucción que me esperaba. Me creía capaz de enfrentarme a todo.
Jamás pensé que el Abismo sería lo que nos aguardaba. Un abismo alejado de ella.

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Hasta que por fin, regresé a la carne.
Regresé a sus brazos.

- ... Por fin, te encontré...