8 dic 2012

Un teléfono que suena sin cesar

Una pequeña y débil criatura que cree reinar sobre los mortales y los inmortales aquí en la tierra. Campa a voluntad en la ciudad, fingiendo tener miedo, pero sabiendose fuerte. Cuando tiene tantísimo que perder. Una llamada mía que la hizo temblar. Ahora ya casi lo ha olvidado.

Ha olvidado lo frágil que es, que somos todos. Que ella no es diferente. Que ha sobrevivido a uno de los más cruentos horrores de nuestro mundo. Pero tan solo sería una prueba. La Mano de Hierro no deja escapar detalles, encuentros, memorias. Al igual que yo. Pero él tiene la desventaja de apartar su mirada de aquello que cree que no puede abarcar.

¿Y qué podemos decir de la frágil Irina? Con los nervios a flor de piel, todo lo contrario que su entrenamiento y modo de vida le dicta. ¿Qué es lo que le hace vacilar tanto? ¿Por qué se altera? Alguna espina se aloja cerca de su corazón. Solo es cuestión de saber... donde... cuando... cómo...

La nueva agente está segura ahora, mientras aguardaba entre rejas tuvo visita. Pero ahora permanece al amparo del fiero brazo de la ley. Eso podría desequilibrar la balanza y acabar en guerra. Quién se atreverá a dar el empujón no se sabe, pero estoy terriblemente tentado a hacerlo...

El teléfono sigue sonando, repica. Esperando que alguien lo tome. Si pierdes la oportunidad, has perdido una mano que se te tiende. A favor o en contra, depende del camino que tomes

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